Cómo hacer almácigos
Para qué sirve un almácigo
Algunas hortalizas tienen semillas muy pequeñas o delicadas, por lo que al momento de sembrar debemos tener un cuidado especial. Para eso las sembramos en espacios pequeños o en recipientes, a los que se les llama almácigos.
Hacer almácigos nos facilita el cuidado y manejo de las plantas durante su germinación, ya que podemos proporcionarles un riego más cuidadoso, tenerlas fuera del alcance de animales que se alimentan de semillas y protegerlas de temperaturas extremas.
Para preparar almácigos podemos usar almacigueras convencionles) o también es posible reutilizar materiales, como cajones de madera, latas, macetas, envases de yogur, cartones de leche o cualquier recipiente similar, sólo basta limpiarlos y hacerles agujeros en el fondo para permitir un buen drenaje. En este caso en nivel inicial utilizamos cajones de verdura y bolsas de plástico trasparente que abrimos para cubrir el fondo.
Para hacer los almácigos debemos poner tierra de la mejor calidad posible, y en la superficie una capa de tierra fina mezclada con un abono natural (procedene de la abonera).
Allí sembramos las semillas, cuidando de que queden enterradas a una profundidad aproximada de dos veces su tamaño. Luego regamos delicadamente en forma de lluvia fina, idealmente con un rociador.
Allí sembramos las semillas, cuidando de que queden enterradas a una profundidad aproximada de dos veces su tamaño. Luego regamos delicadamente en forma de lluvia fina, idealmente con un rociador.